14 septiembre, 2009

Silvio y Retamar conmueven al público mexicano

México- (PL) El Auditorio Nacional de México estrenó un concierto con la poesía cantada de Silvio Rodríguez y los versos leído de Roberto Fernández Retamar.

En un dúo que ya se había conformado en La Habana, en mayo del presente año, los cubanos llegaron a la capital mexicana, acompañados también de la guitarra de Rachid López, para hacer vibrar y conmover al teatro ubicado sobre el Paseo de la Reforma.

Alrededor de dos horas estuvieron los artistas en el escenario, a pedido de un público que se negó a despedir a Silvio.

Alternando un poema del prestigioso intelectual, y una canción del autor de Ojalá, fluyó la primera hora y media de espectáculo.

Luego de que Retamar se retirara, tras haber vuelto incluso para leer un poema más, Silvio fue ovacionado y tuvo que retornar al escenario una y otra vez.

De las obras leídas por el poeta, que más calaron en el público se cuentan Los Otros, Felices los normales, Aniversario, Con las mismas manos. Retamar remontó la historia familiar en sus versos y parte de la cubana.

Dedicó estrofas a Alejo Carpentier, reconocido escritor y ensayista cubano, a otra poeta, Sor Juana Inés de la Cruz, al argentino Jorge Luís Borges.

También Aidé Santa María fue homenajeada en sus versos, quien según recordó, fue fundadora y directora de la Casa de las Américas hasta el día de su muerte.

En tanto Silvio recorrió sus páginas musicales tocando temas tan conocidos como La gota de rocío, el Unicornio, Te amaré, Vivo en un país libre, Canción del elegido, Mujeres y por supuesto, Ojalá.

Los estribillos se escuchaban desde los palcos repletos del auditorio, cantados por cubanos, mexicanos y visitantes, que no pudieron resistir el atractivo de tal espectáculo.

El cantautor dedicó El dulce abismo, a los cinco cubanos presos en cárceles de Estados Unidos, a sus familiares y a todos los que han tenido que sufrir las maniobras del imperio.

Este 12 de septiembre se cumplieron 11 años desde que Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando Gonzáles y René González, sufren injustas condenadas en cárceles norteamericanas.

Cuando parecía que el concierto estaba llegando a su fin, aun se escuchó Sueño con serpientes, Expedición, entre otras más recientes y menos conocidas, pero igualmente acogidas con entusiasmo. El cierre estuvo protagonizado por Historia de la Silla y un "Gracias México" de la boca del artista, que a todos dejó satisfecho.

Según dijo anteriormente el cantautor, el regreso a esta capital significa un rencuentro con personas, lugares y sentimientos entrañables. "Es como regresar a un jardín que hemos cuidado mucho", expresó.

Adelantó que prevé presentar aquí próximamente el disco de canciones recientes Segunda Cita, realizado con un trío de jazz.

Roberto Fernández Retamar es poeta, narrador e intelectual cubano, nacido en 1930, licenciado en filosofía y letras y premiado una y otra vez en Cuba y otras partes del mundo por sus versos realistas y conmovedores.

Silvio Rodríguez Domínguez nació en San Antonio de Los Baños, Cuba, el 29 de noviembre de 1946 y en su andar por la poesía se convirtió en uno de los principales exponentes de la música surgida con la Revolución.

Hoy día es uno de los cantautores de la Isla con más relevancia internacional, con el mérito de haber fundado, junto a otros, el movimiento de la nueva trova cubana.

Ovacionan a Silvio Rodríguez en el Auditorio Nacional


Cerca de 90 mil personas asistieron al espectáculo que ofreció el cantautor, con la poesía de Roberto Fernández Retamar y la ejecución del guitarrista Rachid López

México.- El cantautor cubano Silvio Rodríguez llenó de música y poesía el Auditorio Nacional, al presentarse la víspera acompañado de su guitarra, así como de la palabra del poeta Roberto Fernández Retamar y del guitarrista Rachid López.

Alrededor de las 19:30 horas, el llamado Coloso de Reforma albergaba ya a cerca de 90 mil asistentes, seguidores de diversos rangos de edad que demostraron su fidelidad al intérprete coreando la mayoría de su repertorio.

Ataviado de saco, mezclilla y una boina, Rodríguez alternó la ejecución de sus temas con la poesía de Fernández Retamar, siendo interrumpido en ocasiones por la ovación y el aplauso del público.

"Ala de colibrí", "Pequeña serenata diurna", "El gigante", "En estos días", "La gota de rocío", "Te amaré", "Mujeres", "Playa Girón", y "A dónde van" fueron algunos de los temas de la noche, además de "Te doy una canción", "Canción del elegido", "Unicornio" y "Ojalá", que fueron sin duda los más socorridos al interior del recinto.

Expresiones como "¡­Gracias Silvio!" y "­¡Viva Cuba!" se hicieron escuchar de manera espontánea, mientras la imagen de Silvio era proyectada en las pantallas gigantes del auditorio.

Mientras que, dentro de lo poco que dijo el cantautor, se escuchó: "Gracias México", para despedir la velada musical.

En varias ocasiones, las luces del escenario volvieron a encenderse para atender el llamado del público, que al grito de "Silvio" solicitó la presencia del cantautor, quien junto a Rachid López volvió al escenario para tomar la guitarra y brindar algunas interpretaciones más.

Luego de "Sueño con serpientes" y "Expedición", el tema "Historia de las sillas" puso fin al encuentro con el público mexicano, ante el cual presentó la particular mancuerna con Retamar como ocasión especial, tal como hizo durante mayo pasado en Cuba.

Notimex

Entrevista a Silvio (10 de septiembre de 2009 )

por natalia.cano@eluniversal.com.mx

A sus 62 años, Silvio Rodríguez confiesa que cada vez escucha menos música, y cuando lo hace se limita a volver a los mismos temas que ha escuchado toda la vida.

Sabe bien que sus canciones están muy alejadas de géneros contemporáneos como el reggaetón y el hip hop; sin embargo, el cantautor (San Antonio de los Baños, 29 de noviembre de 1946) confía en que éstas —aquellas que hablan de amor y revolución— sobreviven entre las propuestas que hoy rigen la industria musical.

Defensor aguerrido de los procesos revolucionarios, defiende el plan de Juanes de realizar el concierto “Paz sin fronteras” (el 20 de septiembre en La Habana). La estrella de pop ha recibido fuertes críticas desde el exilio anticastrista que vive en EU, y amenazas de muerte.

Silvio platicó, en entrevista vía correo electrónico con KIOSKO, sobre lo anterior y acerca de su regreso a México, el 13 de septiembre en el Auditorio Nacional.

—Se reencontrará con el país que lo ha arropado desde la primera vez que vino (1975), ¿qué significa para usted?

—Hacía dos años que no venía a cantar. Tengo muchos amigos en México, entre los que conozco y los que no. Lo he visto siempre, sobre todo en los conciertos públicos que he dado en el Zócalo y otros lugares. Siempre va mucha gente, y algo que me conmueve mucho es que llevan a sus niños. Me encanta que las familias lleven a los pequeños. Esos contactos me hacen recordar la primera vez que vine, en 1975, cuando pocos conocían mi trabajo.

—Juanes ha recibido un gran número de quejas por el concierto “Paz sin fronteras”. Muchos cubanos lo apoyan, otros lo critican, ¿usted qué opina?

—Lo apoyo, como la aplastante mayoría de los cubanos de adentro y de afuera.

—¿Cómo definiría la Cuba de 2009? ¿En dónde quedó la revolución?

—Cuba está volcada en la producción de alimentos. Gastamos lo que no teníamos en importaciones, teniendo muchas tierras sin sembrar. Se quiere rectificar eso, pero hay temores; liberar la agricultura implica el posible enriquecimiento de algunos. El gobierno está ante la disyuntiva de hacer lo que necesita el país, o seguir haciendo lo que se considere ideal, o menos conflictivo. Mi opinión es que temprano o tarde vamos a tener que hacer lo que necesitamos.

—¿De dónde surge la idea de incluir en su recital al poeta Roberto Fernández Retamar, y al guitarrista Rachid López?

—El recital se concibió desde siempre así, como un espacio de poesía y canción donde estuviéramos Retamar y yo. Lo estrenamos en mayo en La Habana, para celebrar el 50 aniversario de la Casa de las Américas. La idea de incluir ahora a Rachid es mía, para que me ayude en algunos temas; él toca mejor que yo la guitarra.

—Joaquín Sabina dijo hace años que le falta componer su “mejor canción”, un tema que sea similar en significado a lo que “Mediterráneo” fuera para Serrat. ¿A Silvio Rodríguez le hace falta escribir su mejor canción?

—A mí me gustaría primero seguir teniendo ideas y después ganas de ponerlas en canciones. Creo que con eso basta para que haya deseos de hacer algo mejor. Escribir mejores canciones es una aspiración que no se me agota.

—¿Podría platicarnos sobre su proyecto de jazz y “Segunda cita”? ¿Cómo es que se animó a incursionar en este género?

—Casi todos los músicos con los que he tocado en mi vida han sido jazzistas. Tuve experiencias especiales con Afrocuba, con Irakere y con Diákara. Lo nuevo esta vez es que usé un trío de jazz acústico, a la vieja usanza: Roberto Carcassés al piano, Feliciano Arango en el contrabajo y Oliver Valdés en la batería. Son músicos jóvenes, pero maduros, que comprendieron muy bien las composiciones que puse en sus manos. Su participación hace aportes a mi sonoridad y a la vez resulta una nueva experiencia para ellos. Fue un encuentro que podría calificarse de creador.

—¿Qué opina del concierto que dio el grupo de rock Audioslave hace cuatro años en La Habana?

—Lamentablemente no pude escucharlos, me habría gustado mucho. Antes que Audioslave, han tocado en Cuba Pete Seeger, Billy Joel, Earth, Wind & Fire, Dizzy Guillespie, Jacko Pastorius y muchos otros buenos músicos norteamericanos...

—¿Cuál fue su sentir de haber sido nombrado recientemente embajador de los migrantes en Ecuador?

—Creo que usted es la única persona que se ha dado cuenta de ese nombramiento, y los hermanos ecuatorianos, por supuesto… Siento una gran responsabilidad, porque pertenezco a un mundo de inmigrantes, mis antepasados y nosotros mismos. Nuestra región está compuesta por pueblos necesitados de nuevos espacios donde trabajar y vivir. Ojalá algún día sólo viajemos para satisfacer la curiosidad.