26 agosto, 2009

Una lluvia de felicidad entre hermanos

Guille Vilar • La Habana
Fotos: Petí (La Jiribilla)




Ahora mismo es imposible encontrarse en Cuba con alguien que no sepa que el próximo 20 de septiembre tendrá lugar en La Habana un megaconcierto de Juanes y sus invitados. Dedicado a la paz en un momento tan crucial como el que están viviendo nuestros pueblos a causa de las siete bases que abrirá el ejército norteamericano en Colombia, este noble gesto del popular cantante colombiano, implica la posibilidad de asumir oportunidades de profunda trascendencia tanto por parte de los visitantes, como por nosotros los cubanos.

Hasta la fecha de hoy, todavía los organizadores no han revelado en concreto quiénes vendrán, por lo que tanto en medios de información extranjeros al igual que en nuestras calles, se especula con los nombres de posibles personalidades que acompañarán a Juanes entre los que se menciona a Olga Tañón y Miguel Bosé, entre tantos otros.

De cualquier modo resulta obvio que se trataría de una paleta variada de propuestas que tiene, sin lugar a duda, una legión de admiradores cubanos. Desde hace mucho tiempo, en Cuba se conoce de la obra de los cultores del pop latino porque dicha música se consume tanto por sus grabaciones discográficas, como por sus videos, además de divulgarse noticias y comentarios sobre estos artistas en los diversos órganos de prensa cubanos.


En nuestro país hay un decir muy popular referido a que por mucho que uno pida que llueva, el agua solo nos moja cuando el cielo quiera, y en tal sentido nos parece que están dadas las condiciones históricas como nunca antes para este acercamiento musical a la Llave del Golfo.

Sea por el aliento esperanzador de los sueños del ALBA o por la merecida satisfacción ofrecida recientemente a Cuba por su deshonrosa expulsión de la OEA en los lejanos años 60, en nuestro continente persiste una profunda voluntad de estrechar vínculos con nuestro país desde todos los ángulos posibles por lo que si hace 30 ó 40 años atrás, la visita de uno de estos artistas podía extraviar su significado en un universo de conflictos y contradicciones, ahora es el momento justo para que llueva felicidad entre pueblos hermanos.

En ocasiones anteriores como cuando la actuación en nuestros escenarios del músico británico Rick Wakeman o de la agrupación Audioslave de los EE.UU., tenía la impresión de que aparecerían grietas en el muro que de caribeñas aguas han levantado los yanquis para que entre tantas impedimentas, no vinieran artistas a Cuba.

Sin embargo, ahora sí tengo la certeza de que este concierto de Juanes y sus invitados será todo un acontecimiento cuyo alcance se funde con el horizonte de nuestro tiempo. Oportunidades de esta dimensión aparecen revestidas de una relevancia tal que no existen chantajes ni presiones posibles para quien tenga la plena convicción de su derecho de cantarle a un pueblo que lo espera agradecido.






Escoltados por leyendas de la música cubana como Silvio Rodríguez y Amaury Pérez además de Juan Formell y Los Van Van, quienes tengan el privilegio de actuar para el público cubano se llevarán una sorpresa tan agradable, pero tan agradable que se preguntarán asombrados por qué no vinieron antes para descubrir la razón que los anima a continuar en su profesión de músico.

Quienes tengan el privilegio de acompañar a Juanes para su presentación en Cuba, descubrirán la alegría en el brillante colorido de nuestro pueblo, que frente a las infamias y mentiras, se crece en el gesto de agasajar a los amigos que nos visitan.



Cantarle a la Paz es un proyecto hermoso

Entrevista con Amaury Pérez
Yinett Polanco • La Habana
Fotos: Petí (La Jiribilla)

Por estos días las agencias de prensa internacionales han replicado algunas declaraciones de Amaury Pérez Vidal a propósito del anunciado concierto de Juanes en La Habana el próximo 20 de septiembre. Cantarle a la Paz, en Cuba, en la Plaza de la Revolución, es el proyecto de Juanes que unirá a muchas otras voces de Iberoamérica y la Isla. Cómo surgió esta idea, qué caminos ha transitado y qué expectativas ha creado, fueron los puntos de partida para esta entrevista con el cantautor cubano, quien asegura que a la Paz hay que ofrecerle un concierto todos los días.




¿Cómo se desarrolló la visita de Juanes a Cuba el pasado junio y en qué contexto propuso su idea de ofrecer un concierto en La Habana?

Haré un poco de historia. Conocí a Juanes en un estudio de televisión de la cadena Televisa, en México, creo que en el año 2000. Ambos promocionábamos nuestros respectivos discos. El de él, si no me equivoco, era su primer disco como solista, ya ni recuerdo cuál era el que promocionaba yo; él se acercó a mí, nos saludamos con respeto, me preguntó sobre el impacto de su música en Cuba y me dijo de su admiración por la obra artística de Silvio y Vicente. Hace aproximadamente un mes y medio, me llamaron del Instituto de la Música para decirme que Juanes estaba en Cuba con un proyecto hermoso, el de cantarle a la Paz junto a un grupo de compañeros. Nos fuimos a cenar y nos preguntó a Silvio y a mí si participaríamos en su proyecto y ambos le dijimos que sí. Juanes estuvo en La Habana en esa única ocasión, por 24 horas y el Viceministro de Cultura Abel Acosta me pidió que fuera el organizador del evento por la parte cubana ya que Paz sin Fronteras, que así se llama la iniciativa del joven cantautor, no tiene en Cuba una infraestructura de producción y yo tengo cierta experiencia dirigiendo eventos artísticos masivos. En esa cena también surgió la feliz idea de incluir a los Van Van en el concierto. Fue un encuentro entre colegas, una linda noche tranquila y matizada por la admiración mutua.

Según el artista colombiano otros cantantes latinoamericanos de renombre mundial podrían acompañarlo en este concierto, ¿qué importancia tiene este hecho para los músicos y el público cubano?

Este concierto en La Plaza de la Revolución, escogida por su capacidad de albergar a miles de personas (estamos calculando unas 500 000) es importante porque nuestro pueblo y sobre todo nuestros jóvenes, se pondrán en contacto con artistas que admiran y que no tienen siempre la oportunidad de disfrutar en directo.




Contra el concierto se ha desplegado una fuerte campaña mediática, fundamentalmente desde Miami, pero a Cuba han venido a ofrecer conciertos en plazas públicas numerosos artistas reconocidos de diversas latitudes ¿por qué se ha desatado este vendaval y cuál es su opinión al respecto?

Si revisas los nombres de los que impugnan este concierto encontrarás a personas muy conocidas que salen a la palestra cada vez que Cuba es noticia por una causa noble, son las mismas caras y firmas de siempre, políticos mercenarios, vanidosos sin remedio, envidiosos gástricos con carreras sentenciadas al olvido, alineados a lo más impuro y recalcitrante del llamado exilio criollo en La Florida, los que bajo una supuesta “defensa de los intereses de los cubanos de la Isla” pretenden coartar cualquier acercamiento entre los pueblos, no solo entre los de Cuba y Estados Unidos, sino algo peor, entre los cubanos de allá y de acá. No entiendo por qué quieren privarnos, sobre todo a los jóvenes, de pasar una tarde de alegría y música. Es una suerte que no sean mayoría, me consta que en la Ciudad de Miami hay muchas personas decentes, que quieren a su Patria y que por lo mismo apoyan cualquier gesto de solidaridad hacia sus compatriotas. Aquellos hacen mucho ruido porque ejercen su maléfica función desde los círculos de poder y los medios de comunicación.

Juanes viene a ofrecer un concierto desde Cuba, precisamente el Día Mundial por la paz, ¿qué mensaje cree que está enviando con esa actuación al mundo?

El mensaje es que a la Paz hay que ofrecerle un concierto todos los días, y mejor, dos.

El concierto de Juanes en La Habana puede ser un fuerte mensaje de voluntad de Paz

Entrevista exclusiva con silvio rodríguez
realizada por La Jiribilla
Fotos: Petí



El anuncio en La Habana del concierto Paz sin Fronteras, promovido por el músico colombiano Juanes, para el próximo 20 de septiembre en la Plaza de la Revolución, ha generado opiniones diversas. En la Isla se respira expectación en espera del encuentro. También, la actitud agradecida por el reconocimiento a la voz de Cuba en nombre de la Paz.

Uno de los invitados, el cantautor cubano Silvio Rodríguez, en entrevista para La Jiribilla, al responder sobre las “preocupaciones” que ha provocado tal “atrevimiento”, lo reafirma como “un evento de Paz que le molesta a la ultraderecha porque la naturaleza de esta gente es agresiva, como el bloqueo, y porque la idea y el hecho de la Paz socavan el odio que les alimenta”.

Cuando aún sonaban los acordes de la presentación en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil por la conmemoración de la gesta independentista del 10 de agosto de 1809, Silvio, quien ante unas 25 mil personas en el Estadio Modelo interpretó canciones que constituyen parte sustancial de la historia trovada de este conteniente, compartió algunas reflexiones con esta revista.

El concierto del músico colombiano Juanes en la Plaza de la Revolución tiene una historia previa y espontánea en La Habana. Cuéntanos sobre esta historia y sus antecedentes.

Los antecedentes, en lo que a mi persona se refiere, comenzaron por una llamada telefónica del Ministerio de Cultura para decirme que Juanes quería hacer un concierto en La Habana por la Paz y que venía a hablar de eso a Cuba. Me llamaron porque iba a haber una cena y querían que yo asistiera. Allí conocí a Juanes y le escuché hablar por primera vez del proyecto. Él me preguntó si quería participar y le dije que sí. Yo había visto por televisión el primer concierto por la Paz que habían hecho en la frontera de Colombia con Venezuela y me pareció positivo.




En la presentación del libro Cancionero comentas que a los 20 años creías que la poesía podía cambiar al mundo y ahora a los 60 estabas convencido de que no podías cambiarlo, pero sí hacerlo mucho mejor. ¿Puede evidenciar este concierto de Juanes en Cuba tal certeza?

Efectivamente, no creo que una canción o un concierto puedan cambiar la compleja realidad de la noche a la mañana, pero sin duda un evento como este puede ser un fuerte mensaje de voluntad de Paz, en este caso entre los EE.UU. y Cuba, países separados por discrepancias de medio siglo. A mi entender este concierto pretende unirse a la voz de muchos de aquí y de allá que deseamos que la situación se normalice y que cada cual viva como lo desea, respetando al otro diferente.

La idea de este evento musical ha levantado bastante revuelo en Miami acusándolo de concierto politizado. ¿Por qué puede molestar tanto un evento a favor de la Paz?
Las voces que condenan a este concierto no son las de la inmensa mayoría de trabajadores emigrantes cubanos. Mucho menos la de los 11 millones que vivimos en Cuba. Las voces incómodas y agresivas son de la pequeña pero muy poderosa ultraderecha cubana, que se da besitos con la ultraderecha estadounidense (la que ya se sabe lo que hace por todo el mundo). Un evento de Paz le molesta a la ultraderecha porque la naturaleza de esta gente es agresiva, como el bloqueo, y porque la idea y el hecho de la Paz socavan el odio que les alimenta.

Hay muchas guerras desatadas en todo el mundo: bélicas, ideológicas, económicas... Y este concierto se dedica a contraponer la Paz ante tales conflictos. ¿En favor de qué causas o contra qué actos vale la pena "disparar" canciones?

Juanes dice que desea que este concierto sea blanco; también se ha dicho que el blanco es la ausencia de color, por lo que interpreto que Juanes desea que no haya predominio de una razón sobre otra, que todos tengamos la misma oportunidad. Creo que en este concierto caben todas las canciones que transmitan aspectos de la condición humana, que es algo muy diverso, muy rico, al margen de las ideologías. Por eso, todo lo que sea respeto al derecho a la vida, a la educación, a la libertad, a la diversidad, será válido. Y más que "disparar" supongo que será un concierto donde se soplarán canciones para que el viento —ayudado por los satélites— las haga llegar lo más suavemente posible a todas partes.



Entre tus canciones, existen varias que se pronuncian contra la guerra. ¿Escucharemos algunas de ellas en el concierto? ¿Acaso algún adelanto de la nueva producción Segunda cita?

Para hacer el programa supongo que primero hará falta saber cuántos artistas participarán. Entonces se podrá tener una idea del repertorio que tocará a cada cual.

Segunda cita es un disco bastante enfocado en la realidad cubana, quizá pudiera cantar alguna de esas. Aún no lo sé. En algún momento pensé cantar “Rabo de nube”, que me fue imposible hacer en el homenaje a Pete Seeger. También he pensado en "Días y flores". Pero también pudiera desempolvar una, llamada "Blanco", que hice hace 40 años.

Cantar en la Plaza de la Revolución supone un deber, rememorando tu antológico tema. ¿Qué significación tiene entonces hacerlo hoy, en las actuales circunstancias, y acompañado de todos estos músicos?

Sigue siendo un deber y, por supuesto, también un gusto.

Acabas de realizar varios conciertos en Ecuador, uno de los centros de la renovación social que tiene lugar en América Latina. A partir de la experiencia de esta visita, tu contacto con el pueblo, unido a los hechos recientes del golpe en Honduras, la crisis mundial y las bases yanquis en Colombia, ¿qué señales o lecciones nacidas en este contexto nos debieran servir para el futuro latinoamericano más inmediato?

Creo que el golpe de Estado en Honduras se parece mucho al que dio Pinochet en Chile y creo que aquí tampoco lo hicieron solos. Los ambiciosos han vuelto a manchar la dignidad de las fuerzas armadas de un país latinoamericano. Hay muchos heridos de bala y si hay menos muertos ha sido por la presencia vigilante de TeleSur. Es obvio que el pueblo hondureño dirá la última palabra. Por otra parte, la intensidad de lo que hemos vivido en Asunción y en Guayaquil refuerza mi fe en que la segunda independencia latinoamericana continúa.