07 septiembre, 2007

Silvio Rodríguez: "los laureles me dan sustos"


Latin Grammy 2007

JORGE SMITH




Suscribo lo expresado en la ONU por el canciller Felipe Pérez Roque: "Silvio, (dijo ante el mundo) es el poeta de nuestra generación", esa que comenzó en 1959 y no acabará nunca, porque a los cubanos de Cuba no les da la gana. Por lo tanto "agárrense" habrá Silvio para todos los tiempos.



Silvio (me encanta repetir el nombre) ha lanzado su último Rabo de nube, su último Unicornio, para el sitio Cubasí. Escuchen lo que lean (como hacía Lezama) con fondo de Pequeña serenata diurna. Les aseguro que será un momento memorable.




-¿Qué papel juegan en su vida las distinciones y premios?


-El objetivo de las distinciones y los premios es recompensar el esfuerzo y por supuesto los resultados. Por naturaleza yo siempre he sido muy inconforme con lo que hago, así que conmigo los laureles han jugado el papel de darme sustos.


-¿Qué opinión tiene del Grammy Latino con respecto al anglosajón y cómo recibe esta nominación en la edición del 2007?


-Sé que antes hubo un Grammy que no realizaba distinciones entre lo anglosajón y lo latino. Músicos como Chucho Valdés y Juan Formell tienen el mérito de haberlo ganado. Pero la música se ha ido convirtiendo cada vez más en un comercio y los mercados consideraron necesario marcar sus territorios. Hay muchos artistas valiosos que jamás han recibido una nominación para estos u otros premios, considerados importantes. Eso quiere decir que estos eventos ayudan a situar a los músicos en el candelero, pero no garantizan la más profunda trascendencia.


-¿Le gustaría trascender como poeta o cantautor?


-No solo los trovadores, muchos humanos han tenido debilidad por la poesía. Y existe consenso en que la excelencia de cualquier actividad, pasa por elevarla a la categoría de poética.


-En el libro de Joaquín Sabina este califica a Serrat como el puente entre generaciones, a Pablo como la voz de la canción y a usted como el poeta. ¿Qué puede decir?


-Viniendo de un poeta tan asombroso como Joaquín, es un elogio abrumador.


-¿Cómo recibiría la noticia de que sus colegas de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba lo han propuesto para el Nobel, o el Premio Nacional de Literatura?


-Supondría que se han vuelto locos. Dios nos libre de esa otra guerra de los e-mails.


-¿Qué opinión tiene de Estados Unidos, sede de los Grammy, es cierto que le han negado la entrada allá. Disfrutó de esa cultura… vio filmes de John Wayne o escuchó a Woody Guthtrie?


-Mi primer libro de lectura fue La Edad de Oro, de José Martí, que marcó mi corazón y me alumbró, pero paralelamente leía comics de Harold Foster y Will Eisner, veía películas de Disney y Alfred Hichtcok, leía a Jack London y a Edgar Allan Poe. En la sustancia de mis huesos está la trova y el cinquillo cubanos, mamados de mi familia y de mi pueblo, pero también subyace toda la música norteamericana que he escuchado y admirado desde que era niño. Estados Unidos es un país culturalmente de una universalidad admirable. Yo creo que perfectamente pudiéramos llevarnos mejor, pero ese gobierno no soporta a quienes se atreven a no pensar como ellos. Así que estamos pagando por nuestra vocación soberana y por la proximidad territorial.


"Efectivamente, hace unos pocos meses estuvimos invitados a hacer algunos conciertos en Puerto Rico, entre ellos dos en la Universidad de San Juan. Después íbamos a tocar en algunas ciudades de la costa este, pero no nos concedieron las visas. Aún así, cada vez que en los conciertos alguien grite Cuba sí y yankis no, invariablemente seguiré deseando que cuanto antes podamos decir Cuba sí, yanquis también.


-¿Qué piensa del rap y el reagetón?


-Pienso que son el resultado del Big-Bang de los medios, fenómeno que ha dado voz a sectores sociales marginados hasta ahora. Los medios se han ido convirtiendo en un poder casi con vida propia. Puede que el rap y el reagetón sean el equivalente en la música, del estallido que en los últimos años ha ocurrido en la tecnología fotográfica. Una masividad que permite que actualmente casi cualquiera haga una foto publicable.


-¿Cuál es su última ocurrencia en grande?


-Bueno, la idea no solo ha sido mía, también es culpa del director Ernesto Padrón, que me invitó a hacer la música del largometraje de animación Meñique.


-¿Conoce a David Byrne?


-Hace algunos años estuvo en mi casa y nos tomamos unos vinos, mientras hablábamos de las antologías que quería hacer con la música de Sudamérica. Estuvo también en uno de los ensayos que hice con Frank Fernández y la camerata Brindis de Salas, para unos conciertos que dimos en la Covarrubias. Por entonces David estaba armando la antología Canciones urgentes, con canciones mías escogidas por él. La semana pasada Jan Fairley me escribió para decirme que la revista británica Songlines había elegido a ese disco como "classic album".


-¿Qué exalta en Trovarroco?


-Su rigor, su limpieza, sus búsquedas artísticas, su sonido. La rapidez con que asimilaron ideas que en principio tenían poco que ver con lo que hacían habitualmente. Y que a nivel humano también son impecables.


-¿Cantará junto a Pablo Milanés algún día?


-¿Por qué no? No hace mucho, en los 50 de Fabelo, faltaron solo unos segundos.


-¿Qué extraña de Noel Nicola?


-Que no me caiga a almorzar un día, no poderlo llamar, que no me lleguen sus correos. Extraño mucho que no esté vivo, me parece increíble.