23 abril, 2007

Una y otra vez, Silvio Rodríguez cautiva a mexicanos

La Habana, 18 de Abril de 2007

México, 18 abril, (PL).­ Con antológicas interpretaciones de ayer y hoy, el cantautor cubano Silvio Rodríguez cautivó por segunda ocasión a miles de personas que expectantes se dieron cita en el capitalino Auditorio Nacional de México.

El autor de Unicornio azul arrancó delirantes aplausos con la interpretación de conocidos temas como Escaramujo, o Papalote, coreadas por un público que no vaciló en entregarse por completo durante casi dos horas.

"Te amo Silvio" se escuchó entre las gradas mientras el cantante, acompañado por los arpegios del grupo Trovarroco se decía un hombre feliz "(...) y quiero que me perdonen, por este día, los muertos de mi felicidad".

Los casi 10 mil espectadores que se dieron cita anoche en el concierto, al que asistió el embajador de Cuba en este país, Jorge Bolaños, cantaron, rieron y lloraron, al tiempo que dieron vivas a su país, que el cantante correspondió con vivas a México.

Vestido de negro y rasgando a ratos su guitarra, Rodríguez, quien celebra por estos días sus 40 años de vida artística, se hizo acompañar por el joven Oliver Valdés en la percusión y Niurka González, en la flauta y el clarinete.

Con voz pausada, como en un susurro, leyó un poema de su coterráneo Luis Rogelio Nogueras, una composición acerca del horror de los campos de concentración hitlerianos. "¿cómo olvidaron tan pronto el vaho del infierno?", preguntó.

El tema Sinuhé enmarcó el mensaje de paz, al que siguieron otros igual de conocidos como El necio, Sueño con serpientes y Óleo de una mujer con sombrero.

Nostalgia, protesta y confianza en el amor y el futuro emanaron de las letras de este cantautor, a quien la prensa local califica hoy como Su Majestad.

Una y otra vez se despidió, pero sus miles de seguidores le hicieron regresar otras tantas al escenario, en ocasiones solo, otras acompañado de sus músicos, momentos de delirio que remató con su clásico Ojalá.

En una de esas salidas Silvio pidió al público que se dejara fotografiar, a lo que sus fans respondieron complacidos con más aplausos y, por supuesto, el reclamo de más canciones.

Cerradas ovaciones le hicieron volver a escena seis veces para regalar a los asistentes La masa, "si no creyera en la balanza...si no creyera en el delirio", Unicornio azul y, por último, Colibrí, la que le cantaban su abuela y su madre para dormir, dijo.

Con un "nos vemos el domingo" cerró Rodríguez la noche del martes, en alusión al concierto gratuito que ofrecerá en el Zócalo el próximo día 22 como colofón de sus presentaciones en esta capital.


http://www.granma.cu/espanol/2007/abril/mier18/silvio-e.html

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